domingo, 20 de enero de 2008

Será Dolores

Será como la sal en la herida, arrebato de un sueño en cada esquina, será como un porrazo en el frío asfalto de la realidad, esa mañana fría, ese ruido que duele en el estómago, ese no puedo tan cansador, como ese olor a pan en un hambriento, como ese huérfano sin amor, será esa carta sin respuesta o esa jamás escrita, esa guardia que no atiende, una foto escondida que lastima, una puerta que no se abre o una que se cierra, es plata que falta, esa que se perdió, será la nostalgia de un domingo, esa monótona soledad, la luz que ilumina al vampiro. la sangre que no coagula, la libertad que no se alcanza, ese punto que se suelta, los golpes que vuelven los días de humedad, las lágrimas que no caen, las que caen, ese sueño que también cae, ese puñal por la espalda, esa mentira inexplicable, ese hambre de justicia, esos hermanos que ya no están, la muela que no deja dormir, las pesadillas que atacan de noche y día, será una mirada esquiva o de odio, esa mirada avergonzada, será una desilución más, será un corto sueño interrumpido, como una madre sin hijo o un hijo sin madre, será la ilusión desilusionada, será la carrera no corrida, la muerte sin vida, la novia sin novio, las hamacas sin niños, la noche sin día, la canción sin música, el mal sin bien, la esperanza cansada, el regreso sin triunfo, la lluvia sin fin, la sequia sin fin, unas gotas de limón en el ojo, un apretón de dedos por la puerta, una cremallera mal cerrada, pelliscón de piel, ese abrigo que enfría y pica, esa luna que no ilumina, ese gallo que no despierta, ese amigo que se va, una paso mal dado, un silencio irrespetado, una bola en la garganta, un orzuelo que no se va, un ronquido molesto, la picadura de avispa, el hambre que no se acaba, la mujer que no acaba, mordida de un perro, esa impotencia tan potente, esa potencia impotente, eso que averguenza, eso que se calla, eso que se dijo, lo que nos dijeron, la mujer que no puede abrirse mas, la cuerda cansada de matar, ese llanto interminable, esa mirada que se baja, ese cansancio de llevarse tan a cuestas, las cosas que se callan, eso que se oculta, ese soñar despierto, una depresión que triunfa, la molestio que no termina, ese pisotón en los dedos, esa herida que vuelve cuando menos se espera, ese pesimismo que asesina y duele, un tropezón en la escalera, un perdón no dicho, un te quiero a destiempo.
Angelita

Se miraron a los ojos como sabiendo cada uno el final que les depararía, guardaron silencio.
Sus ojos habian hablado demasiado, hicieron como si nada, cada cual jugaría su juego, la duda le ganaría a la certeza, fue entonces que ella trato de ayudarlo, subiendolo a su auto y llevandolo al médico.
Daniel era su nombre y estaba herido de muerte y seria salavado por una perfecta desconocida de la cual se enamoraría profunda y sinceramente.
Pasadas dos semanas Daniel estaba recuperado del balazo que habia recibido al costado de la ruta y era cuidado tiernamente por Angela a quien apodaría con el simpático nombre de angelita, ni bien Daniel fue dado de alta Angela lo invito a quedarse unos días en su casa, con la excusa de cuidarlo hasta que sanara. El, que no tenía donde ir, cansado de estar solo aceptó. Vivieron meses extraordinarios, jamás fueron tan felices como esos días, hasta que la monotonia junto con sus problemas le gano al amor.
Fue un feriado que le dió asustada una carta a Daniel, y se quedo para ver la reacción de éste al leerla. Daniel se rió a carcajadas diciendole que jamas le haria daño que no piense esas cosas, no seas tonta le dijo y anquelita quedo tranquila.
Un dia Daniel se levanto cansado y somnoliento, la miró a angela quien dormía a su lado y le vino como una lluvia de imágenes que acosaban su mente, vió caballos corriendo a todo galope, vió un payaso que se reía continuamente de él, vió fuego, sangre, vió su imagen de niño corriendo de su tio que lo molestaba, vió serpientes que le picaban en los brazos sin parar, escuchó como aullidos de desesperación y pánico, olió sudor, mucho sudor, sintió que sus desdes se entrelasaban cada vez más, hasta que oyo un crujido, como de una rama paritiendose al ser pisada en el bosque, y no oyó más nada, el rojo de pronto se fue desvaneciendo de su vista hata que vio los ojos de Angela que lo miraban con cierta ternura y como preguntado que habia pasado. Daniel avergonzado por la situación que le habría hecho pasar, bajo la mirada, vió sus manos que abrazaban el cuello de angela, la boca semiabierta, sus ojos que ya no parpadeaban, Daniel no paraba de llorar desconsolado no podía creer lo sucedido, miro a su alrededor, vió una carta escrita por Angela para él, esta carta era la que ya había leído y había olvidado, en la carta le pedía que no se sienta culpable por lo sucedido, que ella había elegido su destino, que la bruja le había contado que sus días estaban contados y que sería asesinada por aquella persona a quien le salvara la vida. La carta terminaba pidiendole perdón a Daniel ya que ella creía que lo había predestinado al salvarle la vida, que entendía que no era nada personal y que uno siempre daña a las personas que más ama y eso la llenaba de placer.
PD: Yo acepté el precio de tanta felicidad, te amo y disculpas, tu "Angelita".
¿Quien sabe?

Crisaldo comió rápido su arroz, miró a travéz del agujero de la cueva el cielo nublado y salió para esperar la lluvia de lagartijas, caminó hasta el punto más alto del monte y vomitó un caballo turqueza. Se miraron y lo montó sin ningún problema, dió un par de vueltas a galope hasta que comenzó la lluvia de lagartijas. Al principio empezó en forma de llovizna para luego convertirse en una catarata de lagartijas que caían de punta contra el piso, las que no se estrellaban explotando en pedazos, saltaban de aqui para allá. Había que agarrar las vivas porque las muertas no servían, sacó su red y la abrió.
Abriendo la red comenzó a agarrar las lagartijas desde el aire. En pocos minutos, Crisaldo tenía su red repleta de lagartijas, corrió con su caballo hacia la cueva y una vez adentro colocó las lagartijas en la olla con agua que lo esperaba sobre el fuego, tiró de un saque las lagartijas sobre la olla tapandola rápidamente para que estas no salgan disparadas. Una vez cocinada la sopa, la fue sirviendo en un plato para comerla, no podía comer mas de una lagartija por día así que, como tenía hambre, agarró una de las más grandes y comenzó a comerla, el truco servía si la lagartija era cocinada sana y viva, tenía que ser solo una por día y para que el deseo se realise debía pedirlo en voz alta mientras la iba comiendo, este deseo se concretaría al otro día.
Esa noche Crisaldo mientras comía la sopa de lagartija pidió su deseo en vos alta.
-Quiero ser feliz. Fue su deseo.
Al día siguiente Crisaldo se lavantó a los saltos, saltaba de aquí para allá.
Quizás la leyenda de las lagartijas no estaría bien explicada o la lagartija que comió estaba mala, o hizo algo malo en el medio, o se olvidó de algún paso, la cuestión es que Crisaldo se convirtió en una lagartija que saltaba de aquí para allá sacando su larga lengua.
¿Quien sabe?, sobre gustos no hay nada escrito y sobre felicidades demasiadas boludesces y quizás Crisaldo veía a la felicidad en forma de lagartija o esta es otra de esas boludeses escritas sobre felicidades, ¿Quien sabe?.