domingo, 20 de enero de 2008

¿Quien sabe?

Crisaldo comió rápido su arroz, miró a travéz del agujero de la cueva el cielo nublado y salió para esperar la lluvia de lagartijas, caminó hasta el punto más alto del monte y vomitó un caballo turqueza. Se miraron y lo montó sin ningún problema, dió un par de vueltas a galope hasta que comenzó la lluvia de lagartijas. Al principio empezó en forma de llovizna para luego convertirse en una catarata de lagartijas que caían de punta contra el piso, las que no se estrellaban explotando en pedazos, saltaban de aqui para allá. Había que agarrar las vivas porque las muertas no servían, sacó su red y la abrió.
Abriendo la red comenzó a agarrar las lagartijas desde el aire. En pocos minutos, Crisaldo tenía su red repleta de lagartijas, corrió con su caballo hacia la cueva y una vez adentro colocó las lagartijas en la olla con agua que lo esperaba sobre el fuego, tiró de un saque las lagartijas sobre la olla tapandola rápidamente para que estas no salgan disparadas. Una vez cocinada la sopa, la fue sirviendo en un plato para comerla, no podía comer mas de una lagartija por día así que, como tenía hambre, agarró una de las más grandes y comenzó a comerla, el truco servía si la lagartija era cocinada sana y viva, tenía que ser solo una por día y para que el deseo se realise debía pedirlo en voz alta mientras la iba comiendo, este deseo se concretaría al otro día.
Esa noche Crisaldo mientras comía la sopa de lagartija pidió su deseo en vos alta.
-Quiero ser feliz. Fue su deseo.
Al día siguiente Crisaldo se lavantó a los saltos, saltaba de aquí para allá.
Quizás la leyenda de las lagartijas no estaría bien explicada o la lagartija que comió estaba mala, o hizo algo malo en el medio, o se olvidó de algún paso, la cuestión es que Crisaldo se convirtió en una lagartija que saltaba de aquí para allá sacando su larga lengua.
¿Quien sabe?, sobre gustos no hay nada escrito y sobre felicidades demasiadas boludesces y quizás Crisaldo veía a la felicidad en forma de lagartija o esta es otra de esas boludeses escritas sobre felicidades, ¿Quien sabe?.

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