domingo, 16 de marzo de 2008

domingo, 9 de marzo de 2008

El shin shinnn

Me encontraba sentado sobre el piso de un cuarto oscuro, atravezado por un hilo de luz que cortaba la habitación en dos.
De pronto la habitación se volvió más oscura, un fuerte color negro invadía todo, mientras, se empezaba a oír un sonido agudo, un shin shinnn que no paraba y cada vez se hacia más fuerte.
Se detuvo.
Empecé a ver como toda la habitación se llenaba de estrellitas de colores que daban vuelta.
Gritos de desesperación y pánico iban al compás de la velocidad de las estrellas.
Un frío helado y un fuerte escalofríos me iban bajando por la espalda, junto con una gota más fría de sudor que me ponía la piel de gallina, en ese momento,desaparecieron las estrellas, el shin shinn. No más frío.
La oscuridad en la habitación se hizo increíblemente mas intensa. No se oía nada.
Después de un rato comenzaron como a chocar contra el techo piedrasos. Un olor a tierra húmeda, a flores. Caí en un profundo sueño donde todo apareció muy de golpe, mi infancia, el jardín, mi primera novia, mi primer beso y el puto colectivo 60 de la avenida mitre que no me ve, el muy boludo y me pasa por encima!
Duvinsky

Leonidas

Fue en Sierra Leona donde un león se comió asimismo y a los dos meses parió a su madre, tan o más sorprendida que él por lo acontecido.
Transcurridas dos semanas la leona hija madre fue fortaleciendo sus musculos y con ellos su confianza de poder.
Su propio hijo-padre la miraba cada vez con más desconfianza. Fue justo al cumplirse esas dos semanas, en un día de lluvia intensa, mientras se encontraban refugiados en una cueva, cuando la leona tomó coraje y se avalanzó con todas sus fuerzas contra su hijo-padre, comiendolo en tan solo quince segundos.
Cuando terminó se dió cuenta de lo que había hecho y lloró tanto, que la lluvia de afuera no era nada comparado con sus lágrimas que inundaron todo el refugio ahogando a la leona madre-hija.
Fue así como llamaron a la sierra donde estaba la cueva "Sierra Leona".
La leyenda cuenta que los días de lluvia pueden escucharse los aullidos de dolor y tristeza de la leona madre-hija y el león hijo-padre.
Duvinsky

Coisas

Coisas de peso conciente
de basta herrumbe y azul violaceo
que saltan de rayuela en rayuela
vuelan con el viento
gritan su afonía
lamen sus heridas
buscando
encontrando
perdiendo

Ramón

Dificil olvidar la triste tristeza de aquella madrugada de rabia
rulos en la tierra húmeda por la sangre
ojos que ya no ven
que apuntan al cielo que nunca fue en la tierra
cuerpo cansado y maltrecho de llevarse
ahora es llevado
y la luna testigo y complice
de las miradas pérdidas
del frio sudor que acompaña la ira
tan fuerte como este recuerdo
perros rabiosos que olvidaron jugar
niños viejos
frias casas de chapas recuperadas
grisacéa oscuridad
por momentos pálida y amarilla.
Duvinsky

Amarga Colmena

Pero que amarga es la colmena que no responde a la necesidad
esa sombra hambrienta de soledad
puertas crujientes piden a gritos una gota de aceite
ese wisky nunca bebido que se evapora
un escorpión que picandose muere
¿la alameda estará?
los niños viejos no rien
subastan un cuadro de Perón, el Che y Evita desnudos y acostados en la cama
Karca se olvida porque fugó
las canas que van saliendo sin que nadie las llame
la lluvia se olvida de mojar y quema
Dios se olvida de ser dios y comienza a envejecer
las tetas tirantes pierden la dirección hundiendose en la tierra
el león se come su corona con ansiedad
la joven puta muere virgen
el pueblo contento nose por qué
una pluma que ametralla con cortazar poseido
un hachis profundo y sincero
un mentís tambien profundo y sincero
mi amor se mancha
la birome explota atrevidamente sin ninguna originalidad
alguien que ya no esta pero esta
el domingo que lo envuelve todo escupiendo veredas y verdades
los oyentes atrapados son deglutidos
el zombie que no sabe que lo es
la mujer que tampoco sabe que lo es
y el niño, el viejo, el joven, la señorita, el adulto, la anciana, el perro, el chino, el marroquí, el socialdemócrata
el mundo se cansa de girar
las ojas secas del otoño
la remera que aún no se seca
el no saber
los que se yo olvidados
y muchos nosé.
Duvinsky

sábado, 1 de marzo de 2008

Ciudade

Rostros que se apagan en silencio

manos cortadas por el frío
miradas que se bajan de verguenza o cansancio
brazos flacos por el hambre
bocas que se cierran de impotencia
narices frías por la inercia
pies hinchados del trabajo
piernas dormidas del cansancio
cuellos duros por los nervios
cabezas que se parten de dolor
oídos que se apagan por seguridad
palabras calladas a destiempos
panzas de ruido injusto y asesino
torsos desnudos de pobreza
rodillas rotas de tanto agacharse
cejas fruncidas de la bronca
y unos ojos que quisieran ya no ver
que quieren llorar y no pueden
que quisieran no haber visto alguna cosa
que dicen todo lo que el cuerpo teme
porque no saben
porque no pueden mentir
como esta acostumbrado el cuerpo

Duvinsky