domingo, 9 de marzo de 2008

Ramón

Dificil olvidar la triste tristeza de aquella madrugada de rabia
rulos en la tierra húmeda por la sangre
ojos que ya no ven
que apuntan al cielo que nunca fue en la tierra
cuerpo cansado y maltrecho de llevarse
ahora es llevado
y la luna testigo y complice
de las miradas pérdidas
del frio sudor que acompaña la ira
tan fuerte como este recuerdo
perros rabiosos que olvidaron jugar
niños viejos
frias casas de chapas recuperadas
grisacéa oscuridad
por momentos pálida y amarilla.
Duvinsky

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